He de esperar la
noche para que
se aquiete el frenesí
del mundo,mis sentidos se duerman
y dejen a mi alma despertar.
Pues tú, luz
portadora de vida y belleza,
bien encandilas a
ésta mi frágil alma,ahogándola en tu mar de creación,
en tu divino sueño.
Percibo así la
esencia de las cosas,
sutilezas
terrenalmente indescriptibles,fundiéndose en sus invisibilidades,
formando un todo indiviso.
¿Cuán lejano está lo
creado de su creador,
si en ello quedó
plasmado su espíritu?.Lo cierto es que todo es Uno
y la unidad es Dios.
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