Corazón espinado

"No busques más mi corazón, se lo han comido las bestias”,  Charles Baudelaire
"Cultivo una rosa blanca...", José Martí

Libera mi alma de su morada 

que no cabe de congoja 

no le des espinas a la rosa 

en su huida se manchará roja.

Roja la alfombra a mis pies  

rojo el Sol al crepúsculo del día 

¡Rojo es el mar más salado! 

roja se tiñe el alma mía.

Se vertió sin sentido 

la sangre en el camino 

al ritmo del ciclo lunar 

herida impuesta por destino.

En ofrenda mi corazón  

quedará en tierra abatido 

el alma se bañará en lágrimas 

nadará para quitar las marcas del nido.

"La tumba de los luchadores", René Magritte

 

El engaño

"hasta nuestro ultimo empeño es solo un sueño dentro de otro sueño", Edgar Allan Poe

 

Una manzana en rojo nos invita a probarla, calza perfecta en la mano, ni muy grande ni muy pequeña, el tamaño justo, cualquiera diría que fue creada para complacer, salida de la más pura imaginación. El verde telón de fondo de la vegetación, hace resaltar los llamativos frutos, naranjas y limones, guiñan seduciendo al observador; un escenario perfecto para mantener distraídos a los ingenuos visitantes, ¿quién sería capaz de sospechar del engaño?...

Y cuando el espíritu despierta, ¡ay del gentil!, el cuerpo se transforma en una infranqueable cárcel, los poderosos sentidos nos encadenan. Maquiavélicos grilletes de seda nos cubren cual ropaje de rey, ocultan la feroz mordida que mantiene una profusa herida sangrante, ¿quién se despojaría de tan maravillosa vestidura para quedar desnudo y revelar sus laceraciones?.

¡Ay, este lamento mío!, incomprensible para las bestias. Heme aquí escribiendo en esta triste cueva, mientras me alumbra una débil fogata que suelen llamar Sol.

Una nueva Era

Borrón y cuenta nueva…
los dioses están deshaciendo su creación
las fieras son borradas de la faz de la Tierra
los colores vuelven a la paleta del pintor.

Congelan su canto en campos de trigo
dejan entrever en sus figuras su intención
preparan nuevas formas, más sutiles,
que nos liberarán de nuestra prisión.

Ellos mandan, ellos gobiernan,
sí, todo es ilusión,
muchos espíritus aquí encarcelados
jamás supieron su condenación.

Los sonidos que aquí tocaron la puerta
clamando por una liberación,
ellos los escucharon y ahora se disponen
a cantar una más armoniosa canción.