domingo, 22 de marzo de 2015

El visillo en la ventana

Si un día despertamos a la orilla de un río, la neblina matinal nos impedirá ver la montaña, entonces si no la vemos consideraremos que no existe y simplemente tomaremos el agua sin cuestionarnos un ápice de dónde emana, simplemente saciaremos nuestra sed y punto.

Así, la lógica, en su llano de blancas y negras, incapaz de comprender la fuente de donde proviene, le es imposible racionalizar su origen, simplemente se divertirá jugando con las infinitas posibilidades que le ofrece el tablero.

Al carecer de una herramienta que pueda darle forma a “ese algo” fuera del tablero, entonces considerará que no existe y simplemente la niega. Y sin embargo, ahí está, estuvo ANTES de cualquier especulación y es SUPERIOR, puesto que la forma y la palabra son meras impresiones y múltiples diseños en el visillo de la ventana.






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