lunes, 1 de mayo de 2017

Cristal roto

luz velada monocromática matinal
horas grises alimentántose de silencios
preguntas que quedan adentro sentadas
detrás del cristal salpicado por la lluvia
cobijadas al cálido reposo del fuego lento
hilándo sutilmente una armadura de plata
para usarla en esplendor ceñida al cuerpo
cuando decida a medio día salir el sol
y brillar pensando que se tiene luz propia
reir-llorar en el delirio imaginario del absurdo
desahogarse de la carga de la nada
reventar los sentidos en el desajuste
sentir la tibieza en la piel incrementando
llegar al ardor en el origen de la sensación
ser fundida finalmente en la luz
asomarse nuevamente a la ventana
y ver que el cristal
nunca existió




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