La vida no pide permiso,
brota, surge,
irrumpe!,
vestida de invisible verde,
se presenta a gritos silenciosa;
usurpadora de espacios
prestados,
temporales,
entre el asfalto y el concreto,
todo cuanto necesita es
un ínfimo refugio de tierra;
así llega,
así se va,
efímera,
intensa…
Verde de mi vida
¿dónde estás?.
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