miércoles, 17 de octubre de 2012

Demasiado convincente

Los días en extremo luminosos
no hacen más que afirmar
que inmersa estoy en
la irrefutable realidad del sueño.

Los sentidos insaciables
sólo piden divertirse,
la mente se deja seducir,
el corazón late silencioso...

Siempre el mismo día,
la misma espera de la muerte,
en el mismo lugar,
dentro del mismo cuerpo.

¡El sueño empezó al abrir los ojos!,
y el misterio de la vida no es más
que descubrir la irrealidad de lo real,
un sueño demasiado convincente.


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