"La actividad contemplativa es lo más placentero y más perfecto", Aristóteles
"El silencio es el lenguaje
de Dios", Yalal ad-Din Muhammad Rumi
Hoy disfruté por un momento de mi jardín, adoptando, como de
costumbre, la posición de “El Pensador” de Rodin. Me senté en aquella roca
volcánica que, tiempo atrás cual troglodita, arrastré al lugar más estratégico
para llevar a cabo la contemplación de mis flores. Mientras miraba el brote en
formación del ave del paraíso (cuando nazca coronará mi pequeño jardín del
Edén), mi vista se detuvo en un punto naranja que resplandecía cual brillante
metal; a medida que acercaba la mano, mi vista se enfocaba y logré reconocer que
era una gota de rocío antes de tocarla. Lentamente moví mi cabeza y el
resplandor cambiaba de color haciéndose celeste, hasta que perdió el brillo;
ahora moví la cabeza más lentamente y el color celeste pasaba a verde,
amarillo, naranja, rojo y se perdía el brillo. Volví a mover mi cabeza en
sentido contrario y los colores iban de rojo, naranja, amarillo, verde, celeste
y se perdía el brillo. Y así, una y otra vez, en una gotita de rocío cobraron vida las luces
navideñas en Agosto…
"Donde quiera que
te encuentres,
sea en la devoción
o en la vida ordinaria,
contempla a Dios
–en lo que comes,
en lo que bebes,
con quien te cases,
sé siempre consciente
de que él es
el Contemplado
y el Contemplador", Abd Al-Kader
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