Alguien gobierna por mí,
alguien piensa por mí,
alguien ríe por mí,
alguien besa por mí,
alguien sufre por mí,
alguien llora por mí,
alguien, alguien, alguien…
No soy yo, son ellos,
yo sólo duermo,
sueño profundamente,
amarrada,
anestesiada por los golpes
de un terco escultor.
Sin embargo, aún inmaculada,
logro escuchar las brasas de la hoguera,
¿las oyes?.
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