viernes, 29 de mayo de 2015

Encuentro

 “Cúanto me amas?”, preguntó una casi imperceptible y dulce voz desde la habitación contigua. Y aquel Rey que lo poseía todo, le dijo: “no puedo vivir sin ti”. El infranqueable muro hizo al Rey despojarse de todas sus joyas, buscando fórmulas para traspasarla. Al final, arrodillado frente al muro, sin nada en las manos, sediento y vestido de dolor, comprendió que los opuestos se reconocen y el muro simplemente en su cabeza desapareció.


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