Mi gato es de humo, sí de h u m o (he tardado en darme cuenta).
Se acerca sigiloso,
con ese andar ondulante
que separa los átomos del aire,
callado, sí, muy callado;
una corriente cálida y ligera,
cuya forma adapta a su gathumo antojo;
una grisácea caricia llega a tocar mis manos
y pronta se apega, frágil, a mi dispuesto pecho.
Cierro mis ojos para sentir,
sólo percibo un único palpitar
y un sutil aroma de quemada leña.
Y así, en un pestañeo, como llegó, se va,
desaparece entre mis dedos,
se va, se va, aire electrificado hecho sueño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario