respiraba su aire
se llenaba de él
aligeraba su cuerpo
meteorizando las palabras
lejos
al infinito
se volvió irracional
revoltijo de gemidos
incapaz de concebir la línea recta
y el instinto manaba como volcán
urgido en crear un mundo
sólo para ella
y su hijo fue la sal
la única cosa que surge
con el roce eterno
del agua y el fuego:
sal
el oleaje iba y volvía
se repetía
sin salir
queriendo
de pronto
la salida
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