de tendencias de moda,
juega a ser eterna
se muestra imperecedera.
Mi sangre se negaba
a circular por mis venas,
entonces la saqué a dar
un paseo aquí afuera.
Pinté el cielo violeta y
al Sol torné naranjo,
necesitaba cambiar el decorado
de alguna manera.
Aquel día el verde
se aburrió de latigazos amarillos
y quizo mis besos anaranjados
perfumados de primavera.
Las hojas se despertaron
de su sueño como princesas,
volaron a conocer el cielo,
sacudiendo azucenas.
Se llenaron de armonias
los rincones de los valles,
exudaron las flores
¡ríos de poemas!.
por JM |
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