viernes, 15 de marzo de 2013

Poema de sangre

La Naturaleza no sabe
de tendencias de moda,
juega a ser eterna
se muestra imperecedera.

Mi sangre se negaba 
a circular por mis venas,
entonces la saqué a dar
un paseo aquí afuera.

Pinté el cielo violeta y
al Sol torné naranjo,
necesitaba cambiar el decorado
de alguna manera.

Aquel día el verde
se aburrió de latigazos amarillos
y quizo mis besos anaranjados
perfumados de primavera.

Las hojas se despertaron
de su sueño como princesas,
volaron a conocer el cielo,
sacudiendo azucenas.

Se llenaron de armonias
los rincones de los valles,
exudaron las flores
¡ríos de poemas!.


por JM

 

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