Cae la noche: un preludio de Chopin.
En mi humilde apreciación de la música, he descubierto que el secreto de la música es el silencio. Hay acordes tan bellos y de pronto el compositor los hace callar, es tan triste. Se asemeja a la contemplación de las flores, las ves y luego sabes que van a morir, que todo caduca; preguntas por qué, nadie responde, sólo hay silencio y aparece tan cruel la cara de la muerte. Luego esa profunda tristeza de pronto cambia y sólo ves amor. La música es una oda al silencio simplemente, una oda, un poema que sólo es posible conectarse frase a frase, nota a nota, si hay amor profundo detrás de esa cadena de creación.
En mi humilde apreciación de la música, he descubierto que el secreto de la música es el silencio. Hay acordes tan bellos y de pronto el compositor los hace callar, es tan triste. Se asemeja a la contemplación de las flores, las ves y luego sabes que van a morir, que todo caduca; preguntas por qué, nadie responde, sólo hay silencio y aparece tan cruel la cara de la muerte. Luego esa profunda tristeza de pronto cambia y sólo ves amor. La música es una oda al silencio simplemente, una oda, un poema que sólo es posible conectarse frase a frase, nota a nota, si hay amor profundo detrás de esa cadena de creación.
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