domingo, 16 de abril de 2017

Evaluna

Pedíase
un poema sin explicación
para alimentar la eternidad
al terminar el día
quedó enganchada la cortina
a un cuerno de la luna
la noche entró a embestidas
el toro azul adentro de la habitación
le hizo hervir la sangre
cual vino en una cacerola al fuego
se elevó en el éter transparente
todo era volar
aprendió a viajar entre los objetos
sin ser vista
a que la vieran desnuda
sin poderla tocar
encontró igualmente bellas
las gotas de sangre derramadas
sobre el piso
que las estrellas desparramadas
allá arriba en la vía láctea
reposaba diluida en la nada
quiso que le borraran los recuerdos
el toro le fracturó el cráneo
la cubrieron con la materia
más oscura del universo
piel de extrema suavidad
que ocultaba las luces
de un desconocido firmamento
mientras le advertían que
el tacto era cosa prohibida
cayó en un sueño profundo
al despertar encontró
un tajo en la cortina
y la ventana abierta

a orillas del mar


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