"la forma de liberarse es entregarse al pensamiento", Platón
no era una venda,
era el resplandor del oro
que no me dejaba ver.
Divino naúfrago dentro de la botella,
te has subido a la barca de la mente
renegando del tiempo y del espacio.
Eres capaz de cristalizar
universos en una gota de rocío
y viajar a las constelaciones a
rearmar el brillo de las estrellas.
No tienes riendas, el látigo no te despeina.
El infinito es una palabra
que se enrolla venenosa
en el invisible reloj de arena
del impalpable espacio de la nada.
Cierro la puerta de mis ojos
y veo nítida la luz del más allá,
tan intensa que no quema
y tan real que temo volver
más convencida de que todo esto es un sueño.
Escucho la música del cielo
con sus voces de violines,
llenan el Todo y es tan hermoso que
las lágrimas brotan de mis ojos,
colapso,
desmayo.
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| "El rapto de Psique", William-Adolphe Bouguereau |
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