viernes, 27 de septiembre de 2013

El silencio

He ahí las cosas en su terca inamovilidad,
y veo a la palabra bailando entre ellas,
con su risa burlona, besando a todos,
gozando de su versátil traje de invisibilidad.

Mas el cubo basáltico que a mí me pesa,
sentenciador, el impertérrito silencio,
estrangula mi pensamiento en cada rincón,
(me atormenta el origen divino de su gravedad).

Y es que la palabra no sólo besa,
sino que rasguña, cincela y acuchilla, 
un arte que las vetustas cosas saben,
agonizantes, condenadas por la loca palabra al viento.

jueves, 26 de septiembre de 2013

El aviso

Se busca:

Fotógrafo-fontanero,
Animalista-cocinero,
Contemplador de flores-guerrero,
Amante furtivo- interpretador de sueños,
Mecánico de autos-carpintero,
Electricista-dibujante,
Músico extravagante-relojero,
Caminante nocturno- jardinero.


¡NOTA IMPORTANTE!:

No me gusta que ande diciendo a las chicas ”mira el pajarito”-No me gusta que me corte el agua,

No me gusta que ande de perreo -No me gusta que ande rallando la papa,

No me gusta que “vea” sólo con los ojos- No me gusta que me patee,

No me gusta que se escape de noche- No me gusta que me ande contando cuentos,

No me gusta que cheque a otras el aceite- No me gusta que me clave en todas partes,

No me gusta que ande pelando cables- No me gusta que ande pintando los monos.

No me gusta que ande tocando todo- No me gusta que ande dando la hora,

No me gusta que salga sin mí a ver la luna- No me gusta que corte mis flores (oh pobres indefensas, mis ilusiones!)


Envío de antecedentes a: 
elhombreimaginariopostulaciones@eluniversonosnecesita.net

PD: si Ud. lector extranjero tiene alguna duda con los chilenismos, envíe sus preguntas a:
nocachoniuna@chiletambienesunpaisnosoloesunpicante.net

miércoles, 25 de septiembre de 2013

La discordia

Disculpa mi franqueza, pero:
lo normal es la locura
y sin embargo, henos aquí,
disfrazados de normalidad.

Ay, si supieras que cada uno de tus latidos
se alimenta de los sollozos de tu alma,
la locura sería un traje más a la medida
para tanta crueldad.

Todos fingiendo que no pasa nada,
que así son las cosas del mundo,
algunos pierden, otros ganas,
que es normal ver llorar.

Cuanta risa idiota
por cada lágrima incomprendida,
cuanta ambición
por una migaja más dulce de pan.

No, no quiero las reglas impuestas,
ni escrituras sagradas como verdad,
no quiero este mausoleo a cuestas,
anhelo ser la palabra Libertad.


martes, 24 de septiembre de 2013

El perfume

Aunque tú no lo sepas hay noches 
en que me inmiscuyo en tu cama, 
abrazo tu enorme espalda ancha 
mientras mi oído bucea en tu palpitar.

Hay otras noches en que simplemente  
me meto en tus pensamientos, 
redecoro tu mundo blanquinegro  
con los matices que visualizo del Edén.

Ay, esas noches, son las noches  
donde acelero tu corazón a mi antojo, 
te hago el amor sin desnudarme, 
sin tocarte, sin siquiera mirarte.

Me apodero de tu mente con maestría,  
me fundo en ti y nuestra separación no existe, 
la materia pasa a ser el residuo que estorba, 
el invitado de piedra en mi perturbadora fiesta.

No te preocupes, tus celestinas sábanas  
no delatarán mi presencia a tus amantes, 
continúa con tus párvulas aventuras,  
yo, desde aquí, perfumo tu mente con mis violetas.

por JM
 

lunes, 23 de septiembre de 2013

Valiente, toma mi mano

Salta conmigo al abismo
a ese mundo desconocido del mañana
a construir en aquella tierra fértil de sueños
a sembrar ilusiones que inunden nuestras miradas.

Leva el ancla de esa mohosa orilla
deja que las olas acunen tu gloriosa marcha
deja que la brisa esculpa desenfado en tu rostro
deja que tu latido sea el timbal que avive tus batallas.

Sujeta fuerte de mi mano
la caída nos vestirá con refulgentes alas
nuestro destino es seguir aquel esquivo horizonte
ese misterioso horizonte donde nace la palabra esperanza.

sábado, 21 de septiembre de 2013

Hoy es 21

Ay, este amor mío obseso
lo colgué en la copa de un árbol
y ahí está tambaleándose
entre un “me importa un bledo lo que hagas”
a un “no puedo vivir sin ti”.
Ay, si tan sólo las mariposas dejaran de aletear,
pero hoy volvió a comenzar la primavera.


viernes, 20 de septiembre de 2013

Violetas

Oh pequeñas revoltosas 
si tan sólo supiera cómo sienten 
quizás pudiera meterme dentro de aquel diminuto traje 
y devolver al mundo el inconmensurable amor que satura mi alma 
cuando me inundo en la loca fragancia 
con la que impregnáis mi jardín.
Sois mariposas danzantes en mi mente 
y no os logro separar de las titilantes notas  
que a un virginal teclado una suave brisa acarició.  


por JM

domingo, 15 de septiembre de 2013

La Gran Guerra

Nuevamente, por segunda noche, salió a enfrentarse contra sus enemigos; una lucha de sobrevivencia para unos, para otros mantener la ilusión un rato más.  Su equipamiento de combate era una linterna en la frente, protección contra el frío en la cabeza y los pies,  un grueso abrigo ceñido al cuerpo y un tridente como arma de asalto.  Abre la puerta de su casa y en tres pasos, con sus botas de siete leguas, ya se encontraba en el campo de batalla. Tenía una táctica algo inusual, mientras caminaba por aquel descampado oscuro como boca de lobo, encorvaba su cuerpo en ángulo recto y dejaba encendida su linterna. A vuelo de pájaro, observó el daño dejado por las hordas, seres verdes inmóviles habían sido devorados por fauces monstruosas y con la herida aún abierta, agonizaban en silencio. En una lenta barrida con el haz de la linterna, se deja ver el primer forajido acorazado, se acerca y en un ataque de furia, sabiendo la inefectividad de su arma, saca su garra, lo levanta del suelo y lo lanza adentro de un saco; continúa el rastreo y ahora se deja ver uno sin coraza, así que ocupa su tridente, lo remueve de la tierra y también es lanzado dentro del saco, y así de uno en uno caen los malhechores, se dejan atrapar sin resistencia, sin ruido, sabiéndose vencidos antes de cualquier contienda. La batalla termina cuando ya no se vislumbran más malandrines en el horizonte.

Y bueno, han de saber ustedes que hay caracoles con apetito de conejos y babosas tan constrictoras como las boas, si se les deja comer no habrá un ramo de violetas que sature el rostro de mi alma con su oleada de ilusión en cada nuevo amanecer.

"La Gran Guerra", Magritte