Salta conmigo al abismo
a ese mundo desconocido del mañana
a construir en aquella tierra fértil de sueños
a sembrar ilusiones que inunden nuestras miradas.
Leva el ancla de esa mohosa orilla
deja que las olas acunen tu gloriosa marcha
deja que la brisa esculpa desenfado en tu rostro
deja que tu latido sea el timbal que avive tus batallas.
Sujeta fuerte de mi mano
la caída nos vestirá con refulgentes alas
nuestro destino es seguir aquel esquivo horizonte
ese misterioso horizonte donde nace la palabra esperanza.
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