"la ciencia no avanza lo suficientemente rápido para nosotros", A. Rimbaud
La ciencia es aquella oruga que camina sobre la superficie de un cuadro de Van Gogh, va tanteando la rugosidad, tomando nota de los colores y de cuando en cuando se atreverá a probar un poco de ese color amarillo ("¡epa!, lento que hay que saborear", engordar es parte del oficio, no hay apuro).
La consciencia es aquella en que a la oruga le salen alas, comienza a volar y como mariposa se eleva hasta poder apreciar el cuadro completo, asombrarse por su belleza y darse cuenta que es una obra maestra. Si fuese un ser humano, de esos con un corazón que se agitan ante la duda (no de aquellos que andan con la cabeza gacha por las calles buscando oro), tomaría el valor suficiente, giraría y podría ver a su Creador.
...pero, y ¿de dónde viene la consciencia de algo superior?, ¿cómo pueden existir muchas consciencias al mismo instante?, ¿cómo puede existir el centro del Universo en un Universo infinito?, ¿cómo puede tener medida un tiempo que es infinitesimalmente infinito e infinitamente infinito?...
¡Ay! la duda...
La respuesta parece ser simple: soy el centro del Universo e interactúo con universos paralelos infinitos, el pensamiento se pierde en el velo de la ilusión fractal maquinada un paso antes por la consciencia, ¡imposible alcanzarle en la caída al vacío dentro de la rueda eterna!, un laberinto de espejos trizándose en la reverberación del primer OM.
Sí, soy Dios, el dios de mi realidad y todo ha sido creado para mi infinita sufridiversión, mañana me pondré un traje de fuego y someteré a algunos astros para seguir con la tragicomedia un rato más...
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Fractal |
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