Si no fuera por el arte
sería una bestia cualquiera
que vaga por la selva,
porque la verdadera belleza
no está en el objeto en sí,
sino en el acto de contemplación
y la perfección se logra
al no distinguir en la obra
al creador de lo creado,
al observador de lo observado.
Caminante, has como la oruga
que satisfecho su apetito,
se detiene en un cuarto oscuro
a preparar su acto de magia.
Detén tus pasos antes que
la manada te encamine al precipicio,
observa la flor pequeña
que crece al lado de tu camino,
¡enaltece tu espíritu!,
verás que la belleza siempre estuvo ahí
en un reino oculto e invisible,
en tu mente,
en el reino intangible de los cielos.
Sabrás, que los tigres también obtienen alas:
en negrinaranjo raya su camino en el cielo
la mariposa monarca.
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