Deja que tu espíritu se expanda
más allá de su ilusoria frontera
que quiebre la frágil cáscara que te envuelve.
Quien oprime su instinto de libertad
oscurece su mente en un bosque de tinieblas
y ancla el corazón a la fantasiosa materia.
Cuelga las notas que te pertenecen en el aire
esa vibración es tu única esencia eterna.
Extranjero caminas en una tierra extraña,
ataviado con un traje prestado que te oprime
y envenena cual mordida de víbora.
Quita la maleza de la cuna donde tu alma duerme
antes que se convierta en nido de serpientes.
Escucha el redoble de despedida con pasos del corazón,
un timbal que alguien toca sobre el lomo de un corcel
que a galope desbocado se dirige certero al abismo.
más allá de su ilusoria frontera
que quiebre la frágil cáscara que te envuelve.
Quien oprime su instinto de libertad
oscurece su mente en un bosque de tinieblas
y ancla el corazón a la fantasiosa materia.
Cuelga las notas que te pertenecen en el aire
esa vibración es tu única esencia eterna.
Extranjero caminas en una tierra extraña,
ataviado con un traje prestado que te oprime
y envenena cual mordida de víbora.
Quita la maleza de la cuna donde tu alma duerme
antes que se convierta en nido de serpientes.
Escucha el redoble de despedida con pasos del corazón,
un timbal que alguien toca sobre el lomo de un corcel
que a galope desbocado se dirige certero al abismo.
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