Hoy desmalezaba el antejardín y como nunca salió mucho
pasto. Tenía opción de dejarlo en una esquina para que se lo llevara el camión municipal
de la basura, pero preferí usarlo para hacer compost orgánico.
Mientras entraba a mi casa pensé: “¡cualquiera que me viera
pensaría que llevo este fardo de pasto para alimentar a alguna vaca que tengo
en el patio!”. Y pensándolo bien, sí, es cierto, tengo una vaca y es una vaca
que he aprendido a domesticar para que sea silenciosa.
Es una vaca muy particular, porque es diferente a las demás:
es una vaca muy elástica, a tal punto que es una de esas vacas abiertas,
diríase “transparente”, sin límites perceptibles, donde: yo soy la boca, la
comunidad de cochinillas (chanchitos) es el estómago y la comunidad de lombrices
es el intestino. Hoy descubrí que
trabajo para una vaca.
Cuan cierto es eso de que la separación no existe, todo es
Uno.
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