Es difícil respirar
cuando se bucea en las profundidades
del pensamiento,
la pesadez de lo ingrávido
asfixia todo anhelo
de luchar con la realidad impuesta.
(Nadie habla de esto,
es el secreto que todos callan).
Todos han cerrado la puerta
que abre al abismo.
Se refugian en un motivo para vivir,
en sentarse a observar una flor,
sabiendo que a sus ojos llega marchita.
Así es, el mundo de fantasía
deja de ser divertido
para quienes despiertan.
Y si aún respiro es porque:
otro es quien respira.
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