jueves, 1 de enero de 2015

La oreja de Da Vinci

La obra pictórica de Da Vinci es reducida, él no se consideraba asimismo un pintor y en investigaciones biográficas se dice que él se consideraba más bien ¡un músico!, era un virtuoso ejecutor de la lira y el laúd. Curioso es que en sus escasos y más elaborados cuadros, a sus personajes más serenos ¡les ha cubierto sus orejas!, pareciera indicar que al cerrar los oídos al mundo exterior se logra dicha serenidad.

Sus representaciones las podemos dividir: en aquellas donde se desarrolla una escena con más de un personaje y cuadros donde hay un solo protagonista. En estos últimos, aquel personaje está mirando fijamente al observador del cuadro, queriendo captar la atención a tal punto que el cuadro se convierta en su propio reflejo.

Para empezar el año en buen pie, me detendré a reflexionar sobre su más famoso y misterioso cuadro “La Gioconda”. Mi análisis será simple, pues no hay mucha complejidad cuando uno se mira al espejo y puede describirse.


¿Y qué veo?, veo a alguien que ha cerrado sus oídos al mundo exterior, ha dejado su cuerpo en la tierra, ha puesto su mente en el cielo, y tiene claridad en su mente y corazón.

(...espero haber entendido parte de tu mensaje maestro Da Vinci).

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