El
protagonista es Platón, personificado en Leonardo Da Vinci, con
vestimenta púrpura y un manto rojo, con rasgo severo, apunta hacia
arriba y en su otra mano sostiene el “Timeo”. Sin duda hay un diálogo,
donde cada uno de los representados en el cuadro nos cuenta algo, (por
ejemplo, al lado de Da Vinci, alguien le dice a otro: "mira tiene algo
bajo la manga", otro personaje, ajeno a la conversación, escucha aquello,
lo toma en forma literal y quiere hurtárselo...), inclusive hay una
estatua (el silencio mismo) apuntando misteriosamente, algo está
aconteciendo frente a nuestros ojos, (es posible reconocer a Minerva (diosa de la sabiduría, las artes y la guerra),
oculta entre los matemáticos, casi olvidada, ajena a todo, apuntando en
una dirección que nadie más ve...). El buen observador encontrará un
paralelo impresionante con la obra de “La Última Cena”, y caemos en que
el mismo acontecimiento o acto de magia ocurre ( ver descripción ). Sólo le queda observar y buscar, mientras Da Vinci nos diría al oído: “especule, especule”…(reflexione, reflexione...speculum, speculari...)
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